Bibliografía:
- Adaptado de Cotler y Guerra, 1976
Por su parte, Edison plantea seis alternativas de afrontamiento:
Desde una perspectiva de intervención clínica, existen diferentes abordajes terapéuticos ya sea que se trate de la soledad como estado o como rasgo: para la soledad como estado son más apropiadas las terapias breves dirigidas a una intervención en crisis o a una reconstrucción de la red social, ambas apuntando a un cambio en la situación; en cambio, para la soledad como rasgo se requieren intervenciones que mejoren las habilidades sociales e interpersonales del sujeto.
Karen Rook menciona que hay tres tipos de intervenciones:
Como mencionamos anteriormente la soledad por aislamiento social requiere como solución una estrategia comunitaria mientras que la soledad por aislamiento emocional requiere una estrategia dirigida al pasado que revise la historia del paciente.
La soledad puede ser un problema cuando no la elegimos, no sabemos estar con ella o no sabemos salir de ella. El fracaso de las relaciones interpersonales puede ser útil si sacamos provecho y revisamos nuestro estilo de relacionarnos con los demás. Pero también la soledad puede ser una oportunidad ya que permite sentir los recuerdos, las ilusiones, los pensamientos y el propio cuerpo.
Aislamiento y soledad son definidos como fenómenos asociados a la organización y a la calidad de las relaciones interpersonales. El idioma inglés define separadamente estos dos conceptos. Utiliza la palabra “solitude” para soledad e “insulation” para aislamiento. En ese idioma también encontramos el término “reclusion” que señala la condición autoimpuesta de la soledad, “aloneness” que es la situación objetiva, transitoria y no penosa en que la persona se encuentra real y vivencialmente sola y “aloofness” para indicar la situación de desconexión, de retraimiento, de no participación, y sobre todo indiferencia, de alguien que se aparta por dificultades del orden de lo psicológico.
Por soledad entendemos el sentimiento prolongado, desagradable, involuntario de no estar relacionado significativamente o de manera próxima con alguien. Es una apreciación subjetiva, es decir, la persona se siente sola. Este sentimiento de soledad no está producido inexorablemente por aislamiento social (por falta de vínculos con otros). Puede surgir de deficiencias percibidas en relaciones actuales íntimas o derivar de las dificultades en la historia de los vínculos tempranos.
El aislamiento, en cambio, se remite a los aspectos objetivos de estar separado de los otros, es la pérdida de comunidad.
Muchas veces, cuando las personas no encuentran mecanismos exitosos de afrontamiento de la soledad terminan enfermando.
En los siguientes post se explicarán los dos tipos de soledad que discrimina Robert Weiss (aislamiento emocional y aislamiento social según el aspecto subjetivo u objetivo de la problemática). También veremos cómo la soledad está ligada al surgimiento y al desarrollo de un vínculo de apego como plantea Bowlby.