El ambiente físico en el que se desarrollan las tareas del grupo debe ser funcional para sus actividades que se quieren desarrollar. Las dimensiones y características del lugar tienen gran importancia porque pueden contribuir a la irrigidez y a la concentración.
Las dimensiones del lugar deben concordar con las del grupo. Un local demasiado grande puede generar la sensación de "grano de arena en el desierto" y contribuye a reducir la participación. El otro extremo es la sensación de "lata de sardinas" de un lugar demasiado chico que tampoco favorece las interacciones y obliga a los miembros a concentrarse en problemas de comodidad física en lugar de hacerlo en el tema de discusión.
Otros factores físicos son la disposición de los asientos, la iluminación, ventilación y calefacción adecuadas. Una de las formas más simples y efectivas de empezar a mejorar la actividad de un grupo, consiste en mejorar la situación física introduciendo algunos cambios por ejemplo en la ubicación de los asientos, la forma de vestir, etc.
Bibliografía:
- Gibb, J. Manual de dinámica de grupos. Capítulo 2: Puesta en escena. Páginas 17-25
No hay comentarios:
Publicar un comentario