La cara contiene alrededor de 20 músculos que controlan las expresiones faciales bajo las cuales se esconden intenciones y estados emocionales. Estos músculos son controlados por el séptimo nervio craneal.
Las expresiones faciales no necesitan de consciencia activa. De este modo, la cara se convierte en una gran fuente de información que se puede capturar a través de la electromiografía (EMG).
La EMG mide la actividad eléctrica generada por los músculos y debido a su sensibilidad permite diferenciar entre expresiones faciales verdaderas y falsas.
Cuando queremos ocultar emociones, por medio de falsas expresiones, somos propensos a que se produzcan fugas (puede entenderse como actos fallidos en los gestos). Estas fugas pueden ser detectadas con el EMG.
Según estudios realizados por Ekman en más de diez culturas diferentes, las expresiones faciales comunican la misma emoción o una similar. Es decir, que las expresiones faciales serían universales.
Bibliografia: