Con la formación reactiva se reprime toda la conducta ligada al objeto malo, pero no en forma fija, por lo que siempre existe el peligro de que el conflicto se reactive. La conducta manifestada, ligada al objeto bueno se hace mas intensa.
La forma en que este mecanismo se refleja en los gráficos es a través de una preocupación porque estos estén ordenados, completos y prolijos; predomina la meticulosidad y el detallismo. Asimismo, el temor a la pérdida de control sobre el objeto gráfico promueve la necesidad de revisar y repasar partes del dibujo que ya fueron hechas (zonas sucias). Se observa gran preocupación por la asimetría y dificultad para desprenderse de la producción, excesiva marcación con el exterior, etc.
Con respecto a las características de las figuras humanas: estas son figuras no agresivas, la vestimenta es formal con un movimiento corporal coartado. Asimismo, la ubicación y tamaño son medios y hay preocupación por los límites de la figura.
Con respecto a las casas, el control se observa en las casas clisés y en el cierre y hermetismo de la casa.
Por otro lado, en el árbol hay un predominio de elementos redondeados, marcado límite a nivel de la tierra y el fracaso de la defensa se observa en un excesivo detallismo: sombreado meticuloso del tronco, dibujo de las hojas, etc.
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