domingo, 4 de abril de 2010

Recuerdos encubridores

De las vivencias infantiles, parecen haberse conservador los recuerdos más indiferentes. Esto es porque el criterio de selección de los recuerdos de la infancia es distinto al de los adultos.
Los recuerdos indiferentes son producto de un proceso de desplazamiento en el cual se sustituye un recuerdo por otro y se conserva, no por su contenido sino, por la asociación que guarda con el recuerdo reprimido. Es por esto que Freud los llama recuerdos encubridores.

Según la relación temporal entre los verdaderos recuerdos y los encubridores, el desplazamiento puede ser:

  • Retrocedente o atrasador: el recuerdo encubridor pertenece a años anteriores de la vivencias que él subroga
  • Adelantador o avanzador: se consolida como recuerdo encubridor una vivencia reciente indiferente que sólo debe ese privilegio a su enlace con una vivencia anterior
  • Simultáneo: ambas vivencias son contiguas en el tiempo
De estos recuerdos encubridores no se posee la huella mnémica real y efectiva sino una elaboración posterior y no hay garantía de su correlación con la impresión verdadera (Freud menciona que es análogo a los mitos de los pueblos). Estos recuerdos suelen ser incompletos o falsos en tiempo y espacio y este engaño no es azaroso.
A diferencia de los recuerdos del adulto, los recuerdos infantiles, son indiferentes pero además son predominantemente visuales, aún en personas no visuales. Y otra particularidad que tiene es que el mismo sujeto se ve como parte del recuerdo.
Bibliografía:
  • Freud, Sigmund. Obras completas. Volumen VI. Psicopatología de la vida cotidiana (1901). Psicopatología de la vida cotidiana (Sobre el olvido, los deslices en el habla, el trastocar las cosas confundido, la superstición y el error) (1901). Recuerdos de infancia y recuerdos encubridores.

No hay comentarios: