domingo, 4 de enero de 2009

Causas internas o personales de la soledad

En este post se desarrollaran las cuatro causas internas de la soledad mencionadas en uno anterior.
Tanto la dificultad para estar solo como la dificultad para relacionarse con otros responden a relaciones con experiencias de apego de la infancia que luego veremos en otro post. Fallas en la constitución del apego pueden llevar tanto a la dificultad de quedarse solo como al desarrollo de un ser solitario. A su vez la falta de falta de capacidad para estar solo toma dos formas:
  • La evitación de la soledad: algunas personas temen estar solas y esa situación displacentera las conduce a buscar contactos sociales para romper el aislamiento. En su desesperación por entablar relaciones llegan a implicarse en relaciones inapropiadas que cuando fracasan acentúan el sentimiento de soledad. En estos casos de generan relaciones de dependencia patológica como en el caso de la búsqueda desenfrenada de una pareja. Una resolución favorable sería que estas personas mejoraran su habilidad para estar solas pudiendo disfrutar más de sus actividades en soledad. Esto las haría menos dependientes de otros y por lo tanto menos vulnerables a compromisos riesgos.
  • El refugio en la soledad: otras personas se refugian en la soledad como estrategia de protección frente a rechazos sociales reales o imaginados. De este modo evitan potenciales ataques a su autoestima. A largo plazo, la soledad, puede terminar convirtiéndose en un rasgo de su personalidad.
En cuanto a las habilidades sociales deficientes hay siete aspectos que Wittenberg y Reis mencionan en relación al sentimiento de soledad:
  • Iniciación del contacto social
  • Apertura de la persona
  • Habilidad para concertar encuentros
  • Capacidad para proveer consejo y guía
  • Asertividad general
  • Asertividad acerca de situaciones y sentimientos negativos
  • Resolución de conflictos.
Las fallas en este proceso de acercamiento social precipitan el sentimiento de soledad. Entre las habilidades sociales hay dos que permiten predecir la soledad: la dificultad para entablar relaciones sociales (iniciación y asertividad) y la inhabilidad para profundizarlas (apertura, guía y resolución de conflictos). Esta incapacidad puede estar relacionada con inhibición por ansiedad, autoconciencia aumentada o falta de motivación para participar, factores que pueden ser malinterpretados como falta de interés o de compromiso.
Las personas que se sienten solas se autoatribuyen las causas y se describen como tímidas. Piensan todo el tiempo cómo me ven, qué les parezco, se notará que… Se perciben como fallando en los contactos sociales, no pudiendo disfrutar de encuentros y aún sufriendo en ellos. En la interacción con otros no se dirigen a los demás, no les preguntan ni hacen comentarios sobre los otros. Les resulta difícil sostenter una conversación o resolver los silencios.
La últimas de las causas hace referencia a los patrones cognitivos disfuncionales, entre ellos se destacan las consideraciones acerca del self, los otros y de la situación. Las personas solas sufren de una autoestima baja, percepción negativa del propio cuerpo, de la sexualidad, de la salud y la apariencia. La percepción de la situación es pesimista, centrada en fallas personales propias. Estos esquemas cognitivos pueden haber tenido sus orígenes en la infancia con padres duramente críticos.

Bibliografía:
  • Muchinik, Eva; Seidmann, Susana, “Aislamiento y Soledad”. Editorial Eudeba, Bs. As. 1998

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