jueves, 10 de junio de 2010

Realismo intelectual en el dibujo infantil

La fase de realismo intelectual tiene lugar entre los 5 y los 9 años. En este momento el niño supera la incapacidad sintética de la etapa anterior y ya no hay barreras que le impidan ser realistas en sus dibujos.
Sin embargo, el realismo del niño no es el mismo del adulto ya que el primero tiene un realismo intelectual y el segundo un realismo visual. Esto quiere decir que para el adulto, un dibujo para ser parecido al objeto real, debe ser en cierta manera una fotografía del objeto reproduciendo todos los detalles visuales del mismo. A diferencia de esto, el niño considera que para que el dibujo sea parecido al objeto real, debe contener todos los elementos reales del objeto sean o no visibles. En este sentido, es común que el niño dibuje elementos abstractos del objeto que sólo existen en su mente, por ejemplo, las mejillas representadas mediante círculos cuando realmente esas líneas no existen.
Al momento de dibujar, el niño utilizará diferentes procedimientos que le permitirán representar los objetos de la realidad. Estos procedimientos son:
  • Transparencia: consiste en dibujar partes del objeto que en realidad no se ven. Por ejemplo, dibujar una casa desde afuera e incluir los muebles siendo que éstos no deberían verse porque están las paredes.
  • Plano: consiste en dibujar el objeto proyectado sobre el suelo como si se mirase desde arriba.
  • Abatimiento: a diferencia del anterior, es una perspectiva imposible en la realidad porque si bien se dibuja el objeto proyectado sobre el suelo, hay elementos que no deberían verse y sin embargo el niño los dibuja abatidos sobre el piso. Por ejemplo, al dibujar un auto visto desde arriba, se dibujan las ruedas abatidas sobre el suelo.
  • Detalles destacados: el niño suele separar detalles que en la realidad se confunden y se mezclan por ejemplo el cabello.
Es frecuente que el niño utilice todos estos procedimientos simultáneamente en el mismo dibujo. A esta operación, Luquet, la llama cambio de enfoque. Esto quiere decir que el niño para representar cada elemento del objeto el enfoque que más le convenga.
Bibliografía:
  • Luquet, G.H. El dibujo infantil.

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