martes, 14 de diciembre de 2010

Pulsiones de vida y de muerte

El segundo dualismo pulsional que propone Freud, lo plantea en Más allá del principio del placer. En éste, distingue entre pulsiones de vida (o Eros) y pulsiones de muerte.
En las pulsiones de vida se unifican las pulsiones de autoconservación y las pulsiones sexuales. Éstas tienden a la unión y a la síntesis, a diferencia de las pulsiones de muerte, que tienden a la destrucción.
Los tres motivos por lo que introduce las pulsiones de muerte son:
  • Compulsión a la repetición de experiencias displacenteras: hay actitudes que se repiten más allá del placer, es decir que, aunque generen displacer, se siguen repitiendo.
  • Nociones de ambivalencia, agresividad, sadismo y masoquismo: la agresividad está en todo, aún en la consecución del placer. Por ejemplo, cuando uno come, arremete, ataca, pero a la vez satisface una función narcisista.
  • El odio: aquello que se rechaza es casi más primitivo que el amor. En la diferenciación del yo, se pasa por un yo de realidad inicial, un yo de placer purificado y un yo de realidad definitiva. En el segundo, el bebé se atribuye lo que le satisface y expulsa lo que le genera malestar. Esto no se podía deducir de las pulsiones sexuales.
Bibliografía:
  • Freud, S. (1920) Más allá del principio del placer en Obras Completas. Tomo XVIII. Amorrortu editores.
  • Laplanche, J. Diccionario de Psicoanálisis, Pulsión. Editorial Paidós.

2 comentarios:

pedagogia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
pedagogia dijo...

mmm creo qe hace falta mas informacion acerca de lo qe son las pulciones complementandolo con un buen ejemplo de cada uno salu2